Hay algo invariable a la hora de comprar una vivienda, y es tener el dinero suficiente para pagar lo que pida el vendedor, ya sea al contado o a través de una hipoteca. Pero lo que a veces pasamos por alto es que siempre existen gastos relacionados con la operación que nos rompen los cálculos y con los que podemos vernos en apuros.
Estos gastos asociados al comprar una vivienda comienzan con la escrituración e inscripción de la nueva propiedad. Aquí intervienen el gestor, el notario, el registrador de la propiedad y Hacienda, siempre presente en cualquier movimiento de dinero. En conjunto, todos estos pagos suponen un 12% del valor de la vivienda, y no hay prórroga para pagarlos, por lo que debes tener la cantidad ahorrada o contratar un préstamo personal con una entidad bancaria.
En caso de que tengamos solvencia suficiente como pagar al contado el piso y resto de gastos, nuestra aventura inmobiliaria habrá acabado aquí. Sin embargo, la mayoría de nosotros nos vemos obligados a adquirir una hipoteca.
Comprar una vivienda con hipoteca
En el caso de que necesitemos la ayuda de un banco, debemos tener en cuenta que cubren, como máximo, el 80% del precio de la vivienda, por lo que debemos tener ahorrado el 20% restante sí o sí.
Una vez entramos por la puerta del banco, el primer gasto a tener en cuenta es el de la tasación de la vivienda (aproximadamente unos 300€) y el de la copia de la escritura hipotecaria. Si esto os parece mucho, dad las gracias porque ahora, por ley, el notario, registro, la gestoría y el impuesto de actos jurídicos documentados corren a cuenta del banco y no del usuario, tal y como era antes.
Hay entidades que también cobran la comisión de apertura, aunque quizás podáis evitarla porque es uno de los reclamos más habituales. No obstante, un gasto que probablemente tendréis que asumir es el de algún producto contratado y vinculado a la hipoteca, como puede ser el seguro de hogar o de vida.
Ya tenemos la hipoteca y la llave de nuestro nuevo hogar, ¿qué gastos vienen a continuación? Obviamente, las cuotas mensuales de la hipoteca, el pago anual del producto contratado, el seguro de hogar, las primas municipales y el impuesto de bienes inmuebles, comúnmente conocido como IBI.
Comprar una vivienda supone un desembolso muy importante, pero con constancia y un buen asesoramiento estamos seguros de que no tendréis ningún problema.
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